El sol comienza a asomarse tímidamente en el horizonte, derramando pinceladas de oro y fuego sobre el cielo aún adormecido. El aire fresco de la madrugada acaricia la piel, impregnado del aroma de la tierra húmeda y la hierba recién despertada. Poco a poco, las sombras de la noche se disuelven, dando paso a una luz cálida y serena que baña montañas, ríos y campos. Las aves, con sus cantos suaves y alegres, celebran la llegada de un nuevo día, mientras el mundo parece detenerse por un instante, envuelto en la magia efímera de un amanecer perfecto.###%%%